Cada día, miles de personas se desplazan de las zonas rurales a las urbanas en todo el mundo. Esta migración supone una enorme demanda para las infraestructuras urbanas existentes, especialmente los sistemas de transporte y así lograr una movilidad urbana sostenible.

Los residentes tienen que soportar la creciente congestión del tráfico, la contaminación atmosférica y acústica, los accidentes vehiculares, estacionamientos en las calles y el cambio climático. Además, muchas ciudades experimentan una creciente crisis de accesibilidad, lo que hace que sea menos conveniente desplazarse de punto a punto.

Aunque todo esto suene complicado, hay una solución: una movilidad urbana sostenible. Con la infraestructura adecuada, las ciudades en crecimiento pueden estructurarse para mejorar la salud pública y la seguridad vial.

¿Cómo es la movilidad urbana sostenible?

Con la previsión de que casi el 70% de la población mundial residirá en zonas urbanas en 2050, es vital que las ciudades desarrollen soluciones de movilidad preparadas para el futuro.

La movilidad urbana sostenible es un concepto de transporte eficaz y eficiente que da prioridad a la accesibilidad para crear una vida mejor para las personas a largo plazo.

Una infraestructura urbana sostenible y bien diseñada incluye:

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  • Utiliza toda la infraestructura existente: Incluye autobuses, trenes y metros en todas las zonas de la ciudad.
  • Priorizar a los peatones y a las bicicletas: El uso adecuado de otros modos de transporte, como caminar y la bicicleta.
  • Localizar los modos de transporte en ubicaciones adecuada: Scooters, coches y bicicletas, con estacionamientos y estaciones de carga bien planificados.
  • Permitir a las personas desplazarse por la ciudad: Las personas deben tener fácil acceso a todo tipo de actividades urbanas, instalaciones de ocio y espacios públicos, independientemente de su sexo, edad y discapacidad.
  • Caminos sostenibles y normas que mejoren la seguridad: Vías con aceras más anchas, aplicación de los límites de velocidad y garantía de que no se obstaculicen todos los elementos definidos anteriormente.
  • Equilibrio entre la sociedad y el medio ambiente: Mantener los espacios verdes dentro de la ciudad y no perturbar el medio ambiente en las afueras de la ciudad.

¿Cuáles son los retos del desarrollo de la movilidad urbana sostenible?

El desarrollo de la movilidad urbana sostenible implica la creación de estrategias innovadoras para superar y eliminar las limitaciones a la circulación. Aunque se trata de una buena solución, la planificación y el diseño de la movilidad urbana sostenible conllevan ciertas dificultades. A continuación, se exponen algunas de estas dificultades.

Integrar la planificación del transporte con otros aspectos de la vida urbana

Para desarrollar un sistema de transporte sostenible, primero hay que organizar los diferentes aspectos del espacio urbano existente. Un ejemplo es la planificación del uso del suelo, especialmente en los países en desarrollo.

Muchas ciudades en desarrollo se caracterizan por dos tipos de uso del suelo contrastados dentro de la misma ciudad:

  1. Patrones informales e ilegales: Zonas con falta de infraestructuras de transporte y vías de acceso inadecuadas.
  2. Zonas residenciales para grupos de ingresos altos y medios: Zonas con caminos bien conectados, pero que suelen ser más adecuadas para los vehículos privados que para el transporte público.

En general, en los países en desarrollo se destina un bajo porcentaje de suelo urbano a las calles. Al diseñar los sistemas de movilidad en estas ciudades, el trazado de las calles y los barrios puede desalentar la introducción de nuevos modos de movilidad.

Si consideramos esto en el contexto de la movilidad urbana sostenible, podemos superar este reto con la planificación adecuada y la consideración de todos los residentes involucrados.

Factores sociales, medioambientales y económicos

La movilidad urbana sólo es socialmente sostenible si todos los individuos pueden acceder a los medios de transporte, independientemente de sus diferencias sociales, de ingresos, de género y físicas. Sin embargo, aquí entran en juego algunos retos:

  • El costo de pasajes: Cuando los gobiernos construyen servicios de transporte público, las personas con bajos ingresos pueden tener dificultades para pagar si los pasajes no están subvencionados.
  • Rutas complejas: Los servicios tradicionales de autobús de ruta fija son poco prácticos para muchos padres que tienen que realizar viajes complejos. Actividades como llevar a los niños al colegio, hacer la compra o hacer otras actividades que requieren simultáneamente costosos medios de transporte privados.
  • El costo asociado al desarrollo del transporte sostenible: La planificación y el diseño de la movilidad urbana sostenible es regularmente costoso. La creación de vías férreas, aceras y otras infraestructuras puede consumir una gran parte del presupuesto público en las economías en desarrollo.
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  • La integración de las energías renovables: Es difícil desechar nuestro sector del transporte de su fuerte dependencia de los combustibles fósiles no renovables y cambiarlos por las energías renovables.
  • El costo del mantenimiento de las infraestructuras: La tarea de pagar el mantenimiento continuo, que se financia principalmente con impuestos, podría convertirse en una carga fiscal adicional para los residentes locales y provocar tensiones entre ellos y el gobierno.

Aunque muchos de los retos mencionados anteriormente están relacionados con los elementos financieros de la movilidad urbana sostenible, es importante considerar el corto plazo frente al largo plazo. Con la planificación y el diseño adecuados, la cantidad que ahorran las infraestructuras sostenibles con el paso del tiempo bien merece la inversión inicial.

Obtener el permiso de las instituciones y del gobierno

La creación de una movilidad urbana sostenible depende del apoyo del gobierno y de las instituciones reguladoras pertinentes. Sin embargo, muchas naciones en desarrollo carecen de capacidad institucional en cuanto a talento formado y a un proceso de contratación libre de corrupción para ofrecer servicios de transporte eficientes.

Para cualquier país que quiera ser más sostenible, gestionar y coordinarse con los servicios de transporte urbano de forma descentralizada y transparente puede ser un obstáculo, pero siempre es un paso necesario para avanzar.

Directrices para elaborar y aplicar un plan de movilidad urbana sostenible

Al desarrollar un plan de movilidad urbana sostenible (PMUS), nuestro objetivo debe centrarse en las personas y en cómo satisfacer sus necesidades básicas de movilidad. Debemos incorporar todos los modos (público, privado, pasajeros, mercancías, etc.) y formas (motorizadas y no motorizadas) de transporte.

Es vital que evaluemos a fondo nuestro rendimiento actual para establecer una base de referencia que permita medir el rendimiento futuro.

Además, hay que recordar que la sostenibilidad de los proyectos depende del seguimiento y la evaluación periódicos. Cuando sea necesario, aplique medidas correctivas y revisiones, pero asegúrese de que está en consonancia con su objetivo general.

Para ayudar, aquí tiene unas pautas vitales que debe tener en cuenta.

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Parte 1: Adoptar un enfoque holístico y sistémico

A la hora de planificar la movilidad urbana sostenible, hay que tener en cuenta todo el sistema y no sólo una de sus partes. Para que el transporte sostenible tenga éxito ahora y en el futuro, su plan debe tener en cuenta todos los aspectos de la sostenibilidad, así como los factores sociales, medioambientales y económicos. El objetivo de un plan de movilidad urbana sostenible es crear una ciudad más accesible y atractiva para los residentes, visitantes e inversores, así como preservar el medio ambiente.

Parte 2: Proporcionar un acceso equitativo a la movilidad urbana

La sostenibilidad social de un sistema de transporte urbano depende del acceso equitativo y justo a las infraestructuras y sistemas de transporte. Todos los residentes urbanos, independientemente de sus ingresos, diferencias físicas (género, etnia, edad, discapacidad) y sociales, deben tener acceso a los servicios básicos de la ciudad.

Su plan debe proporcionar un acceso equitativo de las siguientes maneras:

  • Tener en cuenta a las personas con bajos ingresos y garantizar que puedan permitirse los medios de transporte y otros servicios básicos (sanidad, educación) sin que ello suponga una carga presupuestaria.
  • Eliminar las cargas relacionadas con el transporte a las que se enfrentan las mujeres, como el acoso sexual en los autobuses, las amenazas en las paradas de autobús no iluminadas, los pasos de peatones inseguros y el acceso a medios de transporte individuales.
  • Diseñar las calles y las infraestructuras de transporte de forma que se adapten a los niños pequeños, los ancianos y los discapacitados.

El PMUS debe integrar a todo el mundo en la vida económica y social de la ciudad, sólo así podrá ser realmente sostenible.

Parte 3: Determinar el impacto en el medio ambiente

Una característica vital de la movilidad urbana sostenible es la capacidad de reducir el impacto del sector del transporte en el medio ambiente. Los vehículos públicos y privados motorizados son enormes fuentes de contaminación atmosférica y acústica en las zonas urbanas.

El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero es una fuente de preocupación, y la necesidad de hacer frente a la crisis climática es universalmente reconocida. Por eso, a la hora de elaborar un PMUS, hay que determinar el impacto de estas emisiones en el entorno y esbozar medidas para reducirlas.

Parte 4: Considerar el impacto económico y la financiación necesaria

Para hacer posible la planificación, el diseño y la aplicación de la movilidad urbana sostenible, es necesario contar con una financiación adecuada.

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En este sentido, podemos estudiar los ámbitos de los que podemos obtener financiación y no centrarnos únicamente en los préstamos. ¿Se pueden reducir las subvenciones implícitas a los automóviles para poder reasignar parte de ese dinero a un sistema de movilidad sostenible? ¿Qué hay de las oportunidades de financiación procedentes de la captación del valor del suelo? ¿Se pueden utilizar las asociaciones público-privadas (APP)? Mediante una combinación de estas estrategias, la movilidad sostenible resulta más atractiva tanto para los inversores privados como para los institucionales, como compañías de seguros, bancos públicos y fondos de pensiones.

Parte 5: Integrar los marcos institucionales y de gobernanza

Las partes interesadas de todos los niveles de gobierno y los propios ciudadanos participan en la planificación y el diseño de la movilidad urbana sostenible.

Hay que tener en cuenta la sostenibilidad a la hora de tomar decisiones políticas y crear marcos de sostenibilidad. Por ejemplo, las autoridades locales de la ciudad pueden promover los vehículos eléctricos privados o comerciales proporcionando estacionamiento gratuito o exenciones de las restricciones de acceso, como peajes más bajos. O bien, los incentivos nacionales, como la política fiscal y los precios de la energía, pueden motivar a las partes interesadas a acordar medidas sostenibles.

Mediante un proceso de buena comunicación y compromiso, es posible encontrar soluciones que satisfagan a todos los implicados.

Pasos para desarrollar una movilidad urbana sostenible

Algunas ciudades y países ya están dando pasos importantes hacia la planificación y el diseño de la movilidad urbana sostenible.

Un excelente ejemplo de un plan de movilidad urbana sostenible bien diseñado fue el adoptado por Malmo (Suecia) en 2016. En él se establecían directrices para desarrollar y aplicar un plan de movilidad urbana sostenible «centrado en las personas», en el sentido de que incluía a todos, independientemente de la edad, el género y los ingresos.

Algunos países en desarrollo también están dando algunos pasos. Por ejemplo, Lagos (Nigeria) creó un sistema de tránsito rápido en autobús con carriles exclusivos para los autobuses de BRT.

Aunque empezar con iniciativas sostenibles puede parecer una tarea inmensa, no es necesario dar el salto a los autobuses eléctricos y los caminos inteligentes si su sistema no puede soportarlo ahora mismo. Empiece poco a poco, trabaje con su sistema y acérquese hacia la movilidad urbana sostenible. Aquí tienes algunos pequeños pasos con los que puede empezar:

  • Invierta en soluciones de gestión del tráfico que le permitan visualizar su proyecto de movilidad urbana sostenible
  • Añada mejores sistemas de control al transporte público para que las mujeres y los niños estén seguros al utilizarlo.
  • Utilizar tácticas de marketing y recompensa para incentivar a los residentes a utilizar alternativas sostenibles.

Soluciones sostenibles para la planificación de la movilidad

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